Todos los días pasamos por decenas de tiendas, la publicidad nos acompaña a cualquier parte y aparecen cientos de ofertas interesantes en el mercado. No es de extrañar que caigamos víctimas del consumismo. Pero, ¿es esto realmente necesario? ¿No seríamos más felices dedicando nuestro tiempo a otras cosas y no a comprar? Efectivamente, la respuesta es sí. Con un consumo responsable mejorarás tu economía, y aportarás tu granito de arena a una sociedad más justa y mejor. A continuación, te explicamos qué caracteriza consumo responsable y lo mucho que nos puede beneficiar a todos.
¿Qué es el consumo responsable?
El consumo responsable constituye un replanteamiento de nuestra forma de consumir, huyendo del modelo producción-distribución-consumo-desecho, para tener en cuenta las consecuencias de lo que adquirimos.
El consumo responsable no solamente es una forma de comprar, sino que implica un cambio en nuestro estilo de vida en el que nuestras acciones no perjudican al planeta ni la sociedad, pero nos satisfacen igualmente. Esto se materializa de muchas formas: reducir nuestro consumo de agua o energía, cambio de hábitos en cuanto a la alimentación, adquisición de productos de limpieza, o el consumo de cultura, ocio, uso de la tecnología y el transporte, adquisición de ropa, cosmética, vivienda, etc.
Pero, ¿qué podemos lograr con estos pequeños cambios?
La importancia del consumo responsable en la sociedad
Todos somos responsables de nuestro consumo, puesto que en la actualidad tenemos libertad para elegir entre los productos y servicios que queremos adquirir. Pero, si llevamos a cabo un consumo consciente con las necesidades y las carencias de nuestro planeta y la sociedad, podemos decir que estamos llevando a cabo verdaderamente un consumo responsable.
Los factores a los que el consumo responsable da importancia a la hora de tomar una decisión para adquirir un producto o servicio son varios.
- El medioambiente: Fomenta la sostenibilidad, es decir, prioriza productos con menor impacto ambiental y reduce el consumo de los recursos naturales más limitados.
- La sociedad: Para garantizar los derechos de todas las personas y evitar la desigualdad y la pobreza.
Por tanto, para poder ser un consumidor responsable, has de conocer los productos que sean respetuosos con el medioambiente y la sociedad. Esto es importante, ya que si los ciudadanos demostramos nuestra capacidad de decisión y nuestros valores a través de nuestra compra, podemos conseguir que las leyes de producción cambien y cumplan determinadas garantías sociales, laborales y medioambientales.
Cómo poner en práctica el consumo responsable
Tú mismo puedes fomentar fácilmente el consumo responsable siguiendo los siguientes consejos.
Al comprar alimentos
1. Planifica tus compras: Prepara una lista solo con los productos que necesites y así evitarás que los productos caduquen y tengas que acabar tirándolos.
2. Consume más productos frescos y de temporada: No solamente cuidarás de tu salud porque no tienen aditivos, sino que evitarás gastos inútiles y la contaminación derivada para su conservación y envasado.
3. No utilices bolsas de plástico: Tardan hasta 150 años en descomponerse y 8 000 000 de toneladas de plásticos terminan cada año en los océanos. En su lugar, lleva tu propia bolsa de casa o coge las de papel o rafia del comercio.
4. Compra productos locales. Así, evitarás la contaminación en el transporte, el envasado, la distribución, etc.
5. Apoya el comercio justo: Los productos que llevan este sello están fabricados con técnicas sostenibles y respetando los derechos de los locales.
6. Consume los productos sostenibles: Los reconocerás por la ecoetiqueta MSC en el pescado y la FSC en productos forestales.
7. Reutiliza y recicla: Intenta comprar productos que no tengan envases que tengas que tirar y, si no te queda más remedio, reutiliza el envase o procura que sea reciclable.
8. Conserva los productos inteligentemente: No almacenes junta la fruta y la verdura (la fruta produce etileno, que hace que la verdura se degrade antes) y guarda los productos que se estropeen antes, como el pescado y la carne, en la parte más fría (la que está más cerca del congelador). Congela lo que no necesites en el momento.
En casa
1. Fíjate en la etiqueta energética de los productos eléctricos y electrónicos y, si compras bombillas, elige las led.
2. Ahorra en el consumo de agua: No dejes correr el grifo si no lo utilizas, elige técnicas de lavado ecológicas, guarda el agua de la ducha que dejas correr mientras se calienta, etc.
3. Utiliza productos de limpieza "eco": Ya hay en el mercado detergentes, jabones y otros productos de limpieza "eco". Son un poco más caros, pero si los usas en su medida justa, ahorrarás.
4. Ahorra en el consumo de electricidad: Apaga la luz cuando no la necesites, pon tus dispositivos y electrodomésticos en el modo "eco", aprovecha el calor residual de la vitrocerámica y no recurras al robot de limpieza si puedes limpiar algo tú mismo.
5. Utiliza las energías renovables: Busca una compañía eléctrica responsable o considera utilizar energía renovable, como la fotovoltaica, de biomasa, etc.
6. Aísla óptimamente tu casa: Elige los marcos de las puertas y ventanas adecuados y, si tienes alguna filtración, instala burletes que eviten el paso de aire.
7. Aprovecha la luz y el calor natural: Sube las persianas de día para aprovechar la luz y bájalas por la noche para conservar el calor.
8. Utiliza alfombras o moquetas si en invierno hace frío. También los cuadros y tapices en las paredes te ayudarán a aislar tu casa.
Cuando salgas
1. Evita utilizar combustibles fósiles caminando, desplazándote en bicicleta, transporte público, coche híbrido o eléctrico.
2. Apuesta por los viajes de bajo impacto medioambiental: Ya hay muchas rutas guiadas en bicicleta o a pie. Elige actividades en contacto con la naturaleza en vez del consumo inútil en los resorts y, sobre todo, no tires los desperdicios a la naturaleza y respeta la flora y la fauna del lugar.
Y finalmente: Apoya las iniciativas de consumo sostenible. Infórmate periódicamente de las campañas, recogida de firmas y otras iniciativas para que la sociedad sepa que somos muchos los que preferimos el consumo sostenible. Así, los políticos y directores de las grandes empresas cambiarán sus tácticas apostando por otras más justas y sostenibles, ya que para ellos los ciudadanos y los consumidores somos muy importantes.
Como ves, ser un consumidor responsable es muy fácil. Con hábitos sencillos como estos, podemos lograr que nuestro planeta sea un mundo mejor y más justo.
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