La banca ética surgió en Estados Unidos en el siglo XIX en torno a ciertas comunidades religiosas que tomaron conciencia de la importancia de no invertir el dinero en proyectos en contra de lo que defendían: la abolición de la esclavitud. De esta forma, se decidía cómo controlar el dinero.
Si investigas en su funcionamiento verás cómo este tipo de entidad bancaria prioriza los proyectos sociales por delante de los beneficios económicos. El principal propósito de los bancos éticos es prestar servicios con utilidad social. De hecho, los clientes son los que demandan este tipo de prácticas responsables. En definitiva, su mayor preocupación es dotar de recursos a empresas, proyectos u organizaciones para que puedan desarrollar su actividad, y a la vez contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas.
¿Qué es la banca ética?
Se denomina banca ética a aquella que te ofrece productos que generan valor social y son éticamente responsables. Su filosofía se centra en apoyar acciones de valor para el colectivo y lo que aportan, por encima de la consecución del mero beneficio económico.
En este sentido, cabe destacar que te ayudan a contactar con los distintos ahorradores e inversores, una importante diferencia con respecto a la banca tradicional. El dinero servirá para financiar iniciativas responsables y rentables. Se incluyen propuestas verdes, de desarrollo social o generación de riqueza transparente. Por lo tanto, como cliente, serás el principal interesado en gestionar el ahorro de forma consciente y siguiendo el modelo de desarrollo social sostenible.
Actualmente, existe más conciencia social por parte de los grupos de inversores, ya que se preocupan por el destino de sus depósitos. No solo esperan obtener beneficios económicos, contrariamente a lo que ocurre en cualquier banco convencional.
Entre los diferentes productos que te ofrecen podemos destacar los siguientes:
· Libretas de ahorro solidario. Destinan los recursos para financiar proyectos sociales.
· Tarjetas de crédito solidarias. Donan un porcentaje de las compras realizadas en ecommerce para programas sociales.
· Microcréditos. Estos préstamos se destinan a financiar tus proyectos que generen renta a un interés muy bajo y con plazos de devolución muy flexible. Los microcréditos están destinados a personas con dificultades para obtener financiación por la vía tradicional.
· Fondos de inversión solidarios. Te permiten invertir tu dinero y apoyar a proyectos que tienen en cuenta los aspectos morales, medioambientales y sociales por encima de los puramente económicos.
· Bonos solidarios. Estos productos financieros alternativos se emiten para captar financiación, pero con la diferencia de que financiarás proyectos de los usuarios de los servicios de una organización no gubernamental. Los interesados en estos bonos son principalmente ahorradores preocupados por el destino final de su dinero.
Valores de la banca ética
Los valores de la banca ética distan bastante de la banca tradicional. Las personas comparten ciertos intereses comunes para gestionar su economía. Principalmente, destacamos los siguientes:
Respeto por el medio ambiente
Si depositas tu confianza en este tipo de entidades, es posible que te preocupen el cuidado del medio ambiente y del entorno que te rodea. Están orientados a un tipo de perfil que cree en las energías verdes, producción sostenible, comercio justo, etc.
Transparencia
Tanto los ahorradores como los inversores tienen el derecho a saber el destino del dinero y su inversión. Estamos ante uno de los grandes retos del siglo XXI ya que este tipo de banca intenta que el dinero circule dentro de un sistema financiero responsable y totalmente comprometido con el ser humano.
Proyectos de utilidad social
Trabajando con ellos estarás apoyando proyectos orientados a temas sociales, que velen por intereses sociales, como la generación de empleo, la reducción de la desigualdad o ayudar a los más desfavorecidos.
Responsabilidad en la inversión
Este tipo de entidades evaluarán la responsabilidad del inversor y estudiarán de forma pormenorizada las decisiones que se tomen en pro de proyectos que apuesten claramente por el desarrollo social.
Viabilidad económica
En ningún momento se van a aprobar proyectos que puedan poner en riesgo el capital de los inversores o puedan llegar a perjudicar aquellos entornos donde se implementen.
Colaboración entre inversores y clientes
Desde los clientes hasta los inversores, disfrutarás de un sentimiento mutuo de colaboración entre las dos partes.
Ventajas y beneficios de la banca ética
Entre las diferentes ventajas y beneficios que ofrecen este tipo de entidades financieras destacamos los siguientes:
Financiación de proyectos sociales
La banca ética solo financia proyectos interesados en mejorar cualquier aspecto de la sociedad. No se centra en los aspectos de carácter especulativo de las inversiones, sino que promueve actividades que generan desarrollo social. Por esa razón, eligiéndolos ayudarás a impulsar la educación, el comercio justo, proyectos sostenibles o energías renovables, entre otros.
Comportamiento ético
No tienen comportamientos no éticos, como la banca tradicional. Las malas prácticas cometidas por el sector financiero han generado el auge de estas nuevas entidades preocupadas por la economía real de la sociedad.
Proyectos sin riesgo
No se invertirá en proyectos de ética dudosa y no se acepta la financiación de ciertos sectores cuyo capital tenga una procedencia dudosa. Cabe destacar la industria armamentística, lo relacionado con la energía nuclear, así como cualquier empresa que no comparta valores sociales y sostenibles.
Circulación del dinero transparente
Esta banca es un ejemplo para sus clientes y socios por su transparencia. Un claro ejemplo lo demuestran en su actividad principal y los proyectos que financian, a los que tendrás total visibilidad.
Créditos para personas con exclusión en la banca tradicional
Estas entidades bancarias posibilitan crédito para las personas excluidas por la banca tradicional. Este es uno de los principales objetivos, ya que luchan contra la exclusión de quienes no pueden impulsar sus proyectos profesionales por carecer de recursos y ayuda financiera.
Además, un banco ético no tiene por qué ser menos rentable que una entidad tradicional a la hora de ofrecerte un rendimiento por tus ahorros. Posiblemente, te ofrezcan varias opciones en el momento de comenzar, para que decidas si parte del rendimiento de tu capital se dedica a apoyar las iniciativas que el banco financia.
En definitiva, la banca ética es la alternativa a la banca tradicional y se dirige principalmente a aquellos clientes e inversores, cuya mentalidad es apostar por un sistema de transparencia financiera y que se preocupe por mejorar el entorno social. En nuestro directorio de marcas puedes encontrar alternativas para que tus banco y tus inversiones tengan un impacto positivo.
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